domingo, 17 de febrero de 2013

Un sábado diferente

Me declaro una seguidora de Ismael Serrano, me gusta su música y no me gusta entrar en detalles de si es mejor o peor que alguien. La sencillez de los instrumentos me parece que acompaña muy bien a la letra de las canciones, que para mí, es donde radica lo interesante de las mismas. Y teniendo en cuenta que iba a venir a la provincia, había que, al menos, plantearse el ir o no ir.

Estuvimos meses tratando de decidir entre ir o no ir al concierto de Ismael Serrano que tenía lugar este fin de semana. Ya estaba decidido que no iríamos cuando un disco cambió la decisión ya tomada. Lo escuché una noche, mientras hacía diversas tareas en el ordenador y decidí que había que ir a pesar del precio de las entradas. Me encanta como habla, lo que dice y cómo se expresa. Por lo que allá fui, a por un par de entradas, que conseguí sacar en el cajero en el tercer viaje al mismo, porque, casualidades de la vida, hasta ese último intento no salía la opción de escoger las butacas que querías.

Y qué decir tiene que me gustó, aunque fue algo más flojo que los anteriores, opinión en la que coincidimos la señorita acompañante (sí, Roci, hablo de ti) y yo, pero de todas formas un gustazo.

A continuación, llegamos a casa y nos disfrazamos las dos ya que nos estaban esperando en el bar de costumbre para celebrar el carnaval: había otras dos niñas pequeñas aparte de la que venía conmigo, un Lobezno, un cura, un ganster, una niña de colegio privado con uniforme y todo y una sevillana. De lo más variopinto, teniendo en cuenta que mi disfraz era de hada madrina. Y entre bromas, risas y demás anécdotas pasó esta noche un tanto diferente.

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